martes, 6 de noviembre de 2012

Meditación caminanado

En la meditación caminando debemos centrar la atención en las sensaciones corporales que se producen al andar, sintiendo como el talón toma contacto con el suelo, como la planta del pie toma contacto con el suelo, y como la planta del pie y el talón dejan de tener contacto con el suelo para dar un nuevo paso.

Anclando la respiración a nuestro ritmo y haciéndonos conscientes de ella. Podemos recordar pasajes, aforismos o mantras que de alguna manera nos aten al presente y nos faciliten la concentración.Buscaremos un recorrido agradable, si es posible al aire libre, dando medios pasos, yendo y viniendo con las manos recogidas, la izquierda sobre la derecha.
Buscaremos un lugar tranquilo y pacífico, si es posible sin ser molestados o vistos por nadie. Sintiendo la sensación de cada paso en cada paso.
No hay medida de tiempo mínimo ni máximo para esta práctica. Lo ideal sería no hacer menos de 10 a 15 minutos. A medida que comenzamos a caminar, visualizamos los movimientos de sus músculos, cómo se contraen y relajan, cómo se siente la brisa al rozar su rostro, la humedad del aire. Dejamos que la mente esté tan abierta como sea posible, manteniéndonos atentos a todo lo que se experimenta, desde lo más profundo hasta el mínimo detalle y de como todos los factores que nos estresan o preocupan comienzan a pasar de largo, como si salieran de nuestro interior y se alejaran.
Con la meditación caminando disfrutamos aprendiendo a vivir despiertos, a ver y sentir las cosas como son. Disfrutamos momento a momento, disfrutamos del ahora y comenzamos a comprender nuestro auténtico estado mental.
Practica:
  • 1. No es necesario ningún propósito. Al caminar no debemos enfocar en ningún propósito en particular. No necesitamos conseguir nada. Simplemente disfrutar del hecho de caminar y observar intensamente el momento sin emitir ningún juicio a cada paso que demos.
  • 2. Nos desapegamos de las emociones. Desprendiéndonos de las preocupaciones y ansiedades mientras caminamos. Al caminar conscientemente, no hay espacio para ningún otro pensamiento que no sea el de estar atento al presente. Debemos caminar simplemente por el hecho de caminar.
  • 3. Sonríe. Si sonreímos mientras caminamos, comenzaremos a experimentar una profunda sensación de paz, serenidad y bienestar total. Al sonreír todo se renueva y la práctica no solo se fortalece sino que se hace más llevadera.
  • 4. Respiramos conscientemente. Respirar conscientemente significa estar presente en cada inhalación y en cada exhalación. Prestando atención a la respiración mientras caminamos. Respiramos lenta pero profundamente inhalando por la nariz y exhalando por la boca. Tomamos tiempo para concentrarnos en la respiración, porque será la forma de comenzar a separarse de la rutina y de las presiones. A medida que se camina y se respira lenta y profundamente las preocupaciones van desapareciendo.
  • 5. Nos conectamos con nuestro ambiente "interior". Prestamos atención al ambiente en el que se desarrolla la caminata. Escuchamos con atención los ruidos que acontecen a nuestro alrededor. Sentimos el viento, el frío o el sol sobre nuestra cara. Miramos el cielo, los árboles, los edificios, los pájaros y la gente que camina a nuestro alrededor. Seguimos respirando conscientemente y comenzamos a sentirnos parte integrante del ambiente que nos rodea. Esa conexión entre el exterior y el interior servirá para relajarse.
  • 6. Prestamos atención al cuerpo. Sentimos el cuerpo e intentamos ubicar cualquier lugar de tensión que podamos sentir. El cuello, los hombros, la espalda, las piernas. Respiramos profundamente y sentimos que esas áreas se sensibilizan más. Caminamos de forma cómoda, pero no floja. Lo ideal es que el cuerpo llegue a combinar relajación y entereza. Damos pasos firmes y rítmicos, pero sin "correr". No tenemos prisa… estamos meditando.
  • 7. Contamos los pasos. Una buena ayuda al principio es contar los pasos cuando inhales y exhales. Si en el momento de tomar aire ya llevas 4 pasos, cuenta mentalmente del 1 al 4. Si al exhalar solo llevas 3 pasos cuenta del 1 al 3 sin intentar controlar o acompasar. Simplemente conviértete en un observador de tu respiración.
  • 8. Gathas. También, en lugar de números se pueden pronunciar palabras con el ritmo de la respiración. Se puede seguir el ritmo, por ejemplo, con la palabra Aquí/Ahora. Si se dan cuatro pasos con la inhalación se puede decir con cada paso "aquí-aquí-aquí-aquí"… Y en la exhalación: "ahora-ahora-ahora-ahora"… Se Puede utilizar cualquier palabra o frase que tenga sentido. Siendo libre de ser creativo y usar palabras que nos agraden.
  • 9. Cuidamos la postura. Los ojos, los mantenemos mirando oblicuamente en dirección al suelo, sin fijar la mirada en ningún objeto en particular; los brazos pueden caer lateralmente, se pueden llevar la manos en posición de plegaria, sujetar con una mano la otra mano con los brazos caídos delante del cuerpo o bien llevándolos detrás en la parte inferior de la espalda.
  • 10. Caminamos con atención, despiertos y conscientes. Con la atención en las piernas y pies, sentimos las sensaciones con cada paso. Notamos como las piernas y pies se tensionan cuando elevamos la pierna; sentimos el movimiento de la pierna en la medida que se mueve en el aire. Observamos el contacto del pie con el suelo. Cuando nos damos cuenta que la mente vaga de un lugar a otro, la traemos de nuevo a las sensaciones de los pies caminando. Caminamos muy conscientes y despiertos, prestando plena atención momento a momento a cada paso, repitiendo mentalmente, si lo creemos necesario, "elevando, avanzando, apoyando".
  • 11. Caminamos como un emperador. Caminaremos con seguridad como si fuéramos reyes. Que cada paso que se de sea una afirmación o un mandato real hacia la paz y la felicidad de la tierra.
  • 12. Pasos de flor de loto. Visualizamos que con cada paso que damos en la tierra brota de ella una hermosa y radiante flor de loto. Esto incrementa el sentimiento de arraigo y plenitud.
  • 13. Caminaremos cuando estemos enojados. Cuando más necesitamos de estas herramientas es cuando más pretextos ponemos. "No estoy de humor para eso", "cuando se me pase el enfado lo haré". Sin embargo, es en esos momentos cuando más lo necesitamos
  • 14. Aprovecha el momento. No existe el momento perfecto para caminar conscientemente. No debemos programar "un espacio" para meditar caminando. Aunque lo ideal sería caminar por un sendero inspirador tomándonos el tiempo cada día para realizarlo, la realidad diaria suele ser muy diferente. Debemos aprovecha cada momento del día para caminar conscientemente. Cuando aparques el coche camina hacia tu destino conscientemente. Cuando estés en la calle, de camino a casa, o donde sea, simplemente recuerda sonreír y aprovechar el momento.
  • 15. El regreso. Cuando volvemos a casa, tomamos unos minutos para reflexionar sobre la experiencia. Así pondremos un cierre a la caminata que permitirá lograr la transición necesaria entre mundos que habitualmente conviven separados pero que forman parte de nuestro ser y que unimos a través de la meditación: cuerpo, mente y alma.

1 comentario:

  1. Hola, dices: Buscaremos un lugar tranquilo y pacífico, si es posible sin ser molestados o vistos por nadie. Sintiendo la sensación de cada paso en cada paso.Eso es algo complicado en la ciudad, pero que bueno que llegué al punto 13,14 y 15 pues me parecen muy buenas alternativas, no sé mucho de meditación, pero se me hacen acciones interesantes pues no tengo muy claro que es meditar. Tendré que seguir leyendo tu blog el cual me ha atrapado. Gracias por la información

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